La producción de miel orgánica se caracteriza por la extracción del polen y néctar de flores que no han sido expuestas a fertilizantes sintéticos o agroquímicos, con la utilización de tratamientos orgánicos, biológicos y manejo cultural. La práctica de la apicultura orgánica tiene como objetivo lograr un impacto positivo en el medio ambiente y reducir el impacto negativo sobre los productos apícolas; además esto genera beneficios para la producción agrícola y forestal contribuyendo a aumentar la productividad del sistema de explotación y acrecentando la diversidad biológica.

Particularmente la comunidad indígena amuzgo son herederos de una gran herencia cultural lo que ha permitido que cuiden celosamente sus bosques y selvas, perciben que su existencia y modo de vida depende exclusivamente de la Madre Tierra, consideran que si cuidan sus bosques y selvas, a la Tierra misma, y a los seres vivos que habitan en ella, aseguraran su propia existencia. Por esta razón sus abejas y apiarios gozan de un entorno protegido, produciendo una miel de excepcional calidad y sabor.